Aprobación, una necesidad incansable

  • Necesito un hermano para que me diga que está satisfecho conmigo.
  • Necesito que mi madre me quiera por ser como soy y no por lo que he conseguido en la vida.
  • Necesito que mi marido me comprenda.
  • Necesito que mis hijos pasen más tiempo conmigo.
  • Necesito que mi jefe me valore.
  • NECESITO SENTIR QUE LE IMPORTO A ALGUIEN.

¿Y si no?

Si todas estas necesidades no se cubren entonces empiezo a preocuparme. Reclamo a los demás más atención, más cariño, más comprensión, más… Verifico si me lo dan y como los demás seguramente sigan a lo suyo, termino creyendo que son egoístas, que no me quieren, que no les importo… y mi conclusión es que me siento solo. La vida no me da lo que me merezco y el mundo es injusto.

  • Necesito que los demás me den el visto bueno a lo que soy.
  • NECESITO QUE ME DIGAN QUE VALGO PARA VALER.

En definitiva, necesito desesperadamente la APROBACIÓN de los demás para sentirme bien.

Después de la fase de descubrimiento de lo que me falta, viene la de buscarlo afuera, y al no encontrarlo viene la insatisfacción. Luego me siento una víctima y al final viene el rencor y la desconfianza.

¿Cómo se rompe este círculo vicioso?

Descubrir lo que necesitas es estupendo. El problema viene cuando, sin pensarlo dos veces, decides buscarlo afuera. ¿Qué te dan los demás que no puedas darte tú?. ¿Por qué no te vale con lo que tú te escuchas, con lo que tú te quieres?, ¿por qué no te vale contigo?.

Seguramente porque nunca te has visto como tu propio proveedor. Necesitas ir al supermercado a comprar lo que crees que no tienes en casa. Miras la nevera y aunque hay cosas suficientes para hacer una rica comida, no te llaman la atención. Y piensas en algo que te de más placer, que te guste más. Y en vez de cocinarte algo con lo que tienes, te resulta más atractivo salir a comprarlo.

Más atractivo y más fácil. Nos resulta más sencillo mirar hacia afuera que mirar hacia adentro. ¿Y si no me gusto?, ¿y si siento que soy poca cosa? Aún así descubrirse es una aventura apasionante. Si te pones a ello, verás que te juzgarás, te sentirás inquieto, insatisfecho, sólo. Te darán ganas de salir corriendo, pero si resistes un instante, verás que no se está tan mal ahí dentro. Que hay cosas que siempre supiste que tenías y te agradan.

A lo mejor no encuentras lo que esperabas, o lo que encuentras te parece poco, pero si te detienes en ello, quizás descubras que hay de sobra para sentirte bien, para cocinarte algo sabroso.

Y en este mirarte, cada vez te verás más, y puede que la necesidad de llenarte con cosas y con personas empiece a ser menor, y averigües que lo que hay es lo que eres y que con lo que eres te vale.