Pasión y trabajo

Se ha desconectado la pasión (realizar el trabajo con repercusión en uno mismo al tiempo que sentir placer y realizarse como persona) del contenido del trabajo.

Lo habitual es pensar que:

TRABAJO = LO QUE NO APASIONA PERO DA DINERO

Aunque nuestro instinto nos dice que:

PASION sinónimo de CREATIVIDAD-INICIATIVA-PROACTIVIDAD-MOTIVACION

El enfoque moderno ve la pasión separada e incompatible con la consecución de objetivos corporativos, cree que la pasión se puede obviar. Esta separación es causante de los actuales problemas de motivación que tanto preocupa a los departamentos de Recursos Humanos.

La desconexión profesional entre pasión y trabajo inicia un proceso invisible de desconexión y destrucción interior que se ha convertido en hábito y se ha normalizado como necesario (cada uno de los profesionales considera que debe permanecer en su lugar a pesar de su malestar, se sienten incohrentes pero esto está normalizado)

DESCONEXIÓN PROFESIONAL (entre pasión y trabajo)
implica
DESCONEXIÓN INTERIOR hecha hábito (normalizada)

La pasión no se puede aparcar: ¿te imaginas a alguien diciendo: “dentro de dos años te amaré apasionadamente”, o “me apasionaré el mes que viene que ahora no tengo tiempo”?.

LA INCOHERENCIA SE HA NORMALIZADO en pro de mantener el puesto de trabajo. Decimos casi sin darnos cuenta: “ya me cuidaré más adelante”, “haré lo que me gusta cuando me jubile”, “me centraré en mí cuando tenga tiempo”. No nos podemos “aparcarnos” a nosotros mismos pero culturalmente así nos tratamos, creyendo que podemos postergarnos y demorar así la toma de decisiones sobre nosotros.

Si alguien piensa: “aunque tengo hambre, lo dejaré para el mes que viene”. Ese alguien moriría de hambre si lo hiciera. Lo mismo pasa con las pasiones y sensaciones interiores: si las demoramos, iniciamos un invisible proceso de auto-alejamiento de nuestro ser.

La pasión obviada o postergada pasa factura a nivel emocional y opera en nuestra contra y en contra de la organización en la que trabajamos. Las pasiones postergadas nos consumen.

Una capacidad que no se entrena no queda intacta, sino que se atrofia y, dado que no usamos la pasión, (ni la capacidad de decisión, ni la creatividad, ni nuestro instinto) ésta se convierte en frustración, abatimiento, sentimiento de obligación…, o sea, auto-destrucciones que tienen consecuencias físicas, emocionales y mentales.

No postergues lo que te apasiona, permítete perseguir tu ideal de trabajo.